EL BRUNCH. BR(EAKSFAST)+(L)UNCH

Nueva York es la ciudad del brunch. Y el brunch es el pretexto neoyorkino para poder beber al mediodía.

Exagero, sí. Al igual que cuando digo que es lo perfecto para una siesta vaporosamente etílica y dominguera. Es el planazo de las cañas del mediodía solo que sin cañas ni peregrinaje por bares y tabernas.  Se trata, básicamente, de quedar a comer con los amigos a una hora temprana. Parece que no pero tiene su punto, y si lo acompañas de bloodymarys incluso tiene mucha gracia. 

No se puede destacar un único lugar para el brunch como   favorito pero sí tengo unos cuantos básicos estupendos; así, por ejemplo, el primero al que asistí en NY. Me invitó mi querido David Jiménez en Brooklyn: ICI, donde trabajaba la bella Krystal Hoffacker, roommate de David, (Krystal ahora ha conseguido su sueño: DRESS REFORM) y donde custodian eternamente la puerta dos bicicletas con arbusto en la cesta.

Por supuesto, cayeron los huevos benedictine. Al igual que pasó en FÉLIX, cuando Alex Seegers nos descubrió este fantástico local del Soho a Mati Fernández,  Carmen Santos,  Paloma Carballo y a mí. 

Comida copiosa, ambientazo asegurado, también la cola de espera, y camareros hispano guapetones y simpáticos.  

 Muy cerca, y muy buena opción también con buena comida y buen ambiente, otro clásico del Soho: AURORA. Se impone la reserva en la mayoría de estos sitios.

Y pese a ello, las esperas son muy habituales, al igual que las colas, grandes coooolassss. Esta, en concreto, se sitúa en la esquina con el Museo de Historia Natural, al lado del Mercadillo que montan los domingos pero...

Pero se la merece SHAKE SHACK. No, no es lugar para el brunch, pero como si lo fuera, aquí la hamburguesa vale incluso para el desayuno. (Protagonista también del menú que he tomado siempre en un avión en EEUU, claro, en turista)  

Y las burguer de Shake Shack son deliciosas. Un pecado la que lleva champiñón con queso rebozado...

 Cerca de este trono de hamburguesas se encuentra Amsterdam Ave, donde hay varios locales que son merecedores de largas colas en espera del brunch. SUFICIENTEMENTE BUENO PARA COMER O Good Enough to Eat es uno de ellos. Ahí también, CAFÉ CON LECHE, cuya terraza es tan popular como su cocina latina.

         

Las terrazas en Nueva York son peremnes, salvo que nieve, ahí tienes terraza si lo resistes. Y es que las hay muy emblemáticas. THE DINNER es muy turística dada su posición estratégica y de esquina con vistas a las "puertas" de Meatpacking

La de PASTIS es otro gran clásico puesto de moda por las chicas de Sex and The City

Y al lado, CHELSEAMARKET, brunch con moda en el 202, pero gusto y sabor por cada rincón del mercado que se merece capítulo aparte

Sandra Bacmeister nos descubrió las tartas de GREYDOG, un delirio, y Alba Ordás y yo terminamos por descubrir el resto. Perfecto para una mañana de garbeo por Union Square. 

Con mucho más glamour y abundante sofisticación está NORMA´S  en el Hotel Meridien. Unas raciones escandalosas para un menú  surtido y original. La reserva es imprescindible en fin de semana. Ah, y dicen que sus hamburguesas están también en el top de NY.

 Del lujo y el glamour saltamos de nuevo a Brooklyn, donde Jose García, Ana Legorburu y David Jiménez llevan ya probados los bloodymarys de buena parte de Dekalb Ave. para acercarnos hasta la zona de Williamsburg

Vamos a DINER. Divertido. Me encanta. Puedes llegar a las 10 de la mañana, a la una de la tarde, cuando quieras, esto huele a noche cerrada y al aceite de los huevos fritos con patatas, impresionante.

La noche del fin de semana es larga en Brooklyn y este es el brunch más letal para las resacas. Un diez el bloodymary.

Ejem, acabemos este repaso a algunos básicos del brunch en CAFÉ LALO, un guiño muy personal de Alba y mío. No es un alarde de variedad en salados, pero sí el colmo de los dulces.

Happy Brunch!