LA PELÍCULA DE LA PELUCA en NY. LOOKS WIG.

Y así se hizo Paloma Carballo Nueva York. ¡Plof!

Y como Paloma se puso la ciudad por montera... o por los pelos, ya nada pudo detenerla y de esta guisa aterrizó unos días después en el aeropuerto de Barajas. Sí, habían ido a recogerla, pero nadie la reconoció.



En el capítulo dedicado a Harlem os hablaba de las tiendas tan excelentes que hay dedicadas al glamour del pelo, no es algo exclusivo de esta zona, todo Nueva York está plagado de comercios de este tipo donde puedes disfrutar probándote pelucas y comprando tu cambio de imagen. Nueva York adora las pelucas, es cierto que una gran mayoría de clientas son negras, pero nadie se priva de darse el gusto en la city de salir a la calle como le pida el cuerpo. Teniendo en cuenta la cantidad de impactos visuales que te acechan al minuto, acabar con una peluca en la cabeza es un acto de pura sinergia. Y Paloma comulgó.



Nos persiguieron en la tienda para evitar que hiciéramos fotos. Las carcajadas delataban nuestra confusión: estábamos en un parque temático.



Chicas, quién se resiste a probarse una docena de pelucas, doce cambios de imagen en un ratito de risas en Harlem?



¿Por qué no se me ocurre este planazo cuando estoy con hombres? ¿Qué nos lleva a las chicas a jugar como locas a esto?

Ana Legorburu se debió probar media tienda. Como yo. Y como no nos decidíamos comenzamos a ser víctimas de un ataque de ansiedad, tuvimos que ir a por varios bloodymarys para tomar distancia (ya hablaremos)

Fuimos reincidentes. Fui reincidente durante varios fines de semana, y con las chicas también. Hasta el punto que pusieron cupo a nuestra frivolidad: tres pelucas cada una. ¿Tres?!!!! ¿Qué?!!! No, no es posible!!!! Ante 200, quizás 432 pelucas, ¿còmo que TRESSSSS????



Mentimos, corrimos, zigzagueamos por los pasillos. El chino dueño de este local en la 125 Street nos había vendido sin consideración un calcetín ejecutivo a cada una para que preserváramos las pelucas de nuestras cabelleras (¿o de nuestras mentes?)y, pretendía racionar. Ja!



Nos llevamos las justas. Esta, en concreto, es con la que Paloma aterrizó en España demostrando al mundo que ella ya era Nueva York. Y se la puso Carmen Santos, y entonces descubrimos que la peluca tenía poderes...

Podías ser quien quisieras... Carmen probó: Quiero ser Hedy Lamarr... ¡Anda! ¡Tal cual!

Hedy Lamarr, Hedy Lamarr, eso estaba chupado. Carmen probó entonces a ser Mati Fernández Jarrín. Un reto... et ¡voila!

¿Y Teresa Ordás? ¡Horror! ¡Era posible!

Comprobado el poder de la peluca, corrió la voz, y todo el mundo acudió a su peculiares poderes
Pili Pérez Sáiz-Pardo se hizo con la suya... había sido retenida en el aeropuerto a su llegada, esta foto la devolvió la confianza.

Belén Arco había tenido que coquetear con un sobrecargo súper gay para agenciarse un traductor que le informara de la situación de Pili en aduanas, posó de esta guisa consciente de que a partir de esta foto no habrá gay que se la resista

Y yo terminé comprándome la que me hacía sentir más crápula, una mezcla de Farra Fawcett y Tamara Falcó